jueves, 26 de septiembre de 2013

Día 3 - Un McFlurry en el Guéliz

El hombre que me mira con sonrisa amable es el rey de Marruecos. Con su gorro fez y su chilaba diplomática, su imagen preside cada establecimiento del país, por humilde que sea, y el McDonald's de la avenida que lleva el nombre de su tocayo y abuelo no es una excepción.

En la misma pared y un poco más abajo de la fotografía, hay diez cuadros que parecen pintados por niños pequeños, producto quizá de alguna visita colegial. Los motivos cambian de unos a otros, pero el denominador común de todos ellos es el sol, redondo y amarillo, el mismo que es capaz de hacerme seguir teniendo sed después de haber bebido del tirón una botella de agua pequeña.

Sólo una mujer con niqab y una pareja de mochileros rompen con la monotonía de colores llamativos y ojos contorneados en negro. Lo de mujer es un decir, porque ya no me creo nada desde que sé que las bailarinas con velo de la plaza, las mismas que ayer se esforzaban en que saliera a bailar con ellas, son en realidad hombres travestidos.

Tengo que esperar a Siham hasta las 11, y mejor hacerlo en un sitio con wifi. Aunque por aquello del bacon no haya CBO, y la Cocacola aguada sea la misma que tomo una vez por semana cuando estoy en casa. Espero que hoy no toque otra vez paseo hasta las tantas por los jardines de la Koutoubia para terminar diciéndome sin venir a cuento que quiere llegar virgen al matrimonio porque es fiel a sus tradiciones.

Uno de los cuadros representa lo que seguramente sean el baobab y el planeta de El Principito, y pienso en si las ideas del exterior hacen realmente reflexionar a los habitantes de este país sobre sus costumbres adquiridas. O si, por el contrario, les hacen simplemente incorporar otras nuevas sin llegar a cuestionarse nunca nada. El velo negro del niqab baja para que la hamburguesa pueda comenzar a ser engullida, y debajo de él se adivina una cara con formas femeninas. En el fondo, qué más da. O como ellos dirían, safí.

PD: Mañana salgo ya de Marrakech y voy a Imlil para subir el Toubkal. Antes, tengo que comprar provisiones y conseguir un sitio para dejar las cosas hasta que vuelva a la ciudad. No sé si tendré wifi durante este tiempo, así que es posible que no actualice hasta la vuelta, que será el lunes. Que haya buen fin de semana.

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